Cerrada la llave.
(Alberto González Martínez)
Para Ripley: el chorro de billetes, que desde marzo de 2020 fluye generosamente para reporteros, columnistas, locutores, presentadores de noticias, feisbuqueros y demás comunicadores aldeanos, ha sido suspendido.
La orden es tronante para el Club de Matraqueros: el ayuntamiento de Tapachula solo pagará la información oficial que divulguen. Ya no alentará más el culto a la personalidad.
Esto significa que el Club de Matraqueros tiene terminantemente prohibido divulgar actividades proselitistas de Rosa Urbina con cargo al erario.
Comunicación Social ha recibido la orden y tendrá que acatarla, so pena de caer en desacato e insubordinación.
Este giro inesperado, del destartalado ayuntamiento huacalero, ocurrió como consecuencia del desmesurado argüende que desde Comunicación Social Municipal se orquestó para echar a volar el resolutivo de Xalapa.
De ahora en adelante, todos los miembros del Club de Matraqueros están sabidos que si difunden propaganda política de Rosa Urbina ella tendrá que pagarla, no el ayuntamiento.
La buena estrella comienza a eclipsarse…
